viernes, 1 de agosto de 2008

Pues sí, acérrimos.

El día 8 del corriente hará un año que empecé este caos que podríamos llamar blog, bitácora personal sí que es, diario de un viaje casi exclusivamente en el tiempo, pocos desplazamientos espaciales a habido, pero en el tiempo enrarecido de Internet, donde la actualidad compite con el pasado y las páginas históricas relucen tanto como las nuevas. Para algunos soy un descubrimiento reciente, para otros un veterano, para algunos la imagen de mi perfil de comentarios, para otros rostro real, capullo bocazas, escritor brillante, juntaletras prescindible, blog aburrido, blog interesante, blog enlazado, ese tío que abusa de las conjunciones y pone demasiadas comas...

Empecé esto sobre todo para colgar mi librillo de la radio, luego le encontré utilidad como plataforma para lanzarme la red, para fijar en un soporte todas esas ideas que me asaltan continuamente; desde aquí he abierto tantas líneas en una año, que si tuviera que cerrarlas coherentemente, como le exigían a Bastián Baltasar Bux, tardaría otro año a dedicación completa. Estuve a punto de dejarlo al terminar los capítulos de mi libelo, pero superé la crisis como los gloriosos cobardes: huyendo hacia delante. Además en todo este tiempo he desarrollado una trama de relaciones tan densa a través de este medio, que ahora me parecería una traición dejarlo.

A partir de hoy comienza una semana de celebraciones que culminará el día 8 con un fiesta apoteósica. Yo no soy mucho de celebraciones, pero entendedlo: ¡Es una excusa fantástica para no tener que buscar tema durante siete días! Si hasta ahora hablaba mucho de mi, ahora voy a hablar de mi y de mi blog hasta que os apetezca abofetearme.
Avisados estáis.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ten en cuenta que los navarros semos gente de poca paciencia. POr lo del abofeteo, digo.

Ahora en serio: ZORIONAK.

jose.etxeberria dijo...

¡Venga... que a ti sólo te faltan once meses y pico!

Duquesa de Katmandu dijo...

Felicitaciones! Desconocía la historia del origen de tu blog. Envidia de la buena me da tu libro...

beso