viernes, 17 de julio de 2009

Ese olor.

Esta mañana he estado en una oficina del INEM. Tenía que apuntarme para acceder a un curso de formación. Luego, ya en casa, me he sentado ante el ordenador, y me ha sorprendido un olor desconocido. He mirado a mi alrededor, es curioso que miremos en vez de cerrar los ojos y seguir la pista del olor, y no he visto nada raro. No he detectado la fuente hasta que he bajado la cabeza y he olisqueado mi camiseta. Era el olor de la oficina del INEM. ¡Se me ha pegado el olor a oficina!
Es un olor indefinible a ordenador, cable recalentado, pintura de la última reforma, hastío y bocanada de tabaco fumado en la calle. Es el olor del aire acondicionado y los vaqueros húmedos del anterior solicitante. Es el del sobaco del vigilante jurado con ojeras de tres noches. El de la máquina de café malo y chocolate demencial. Es el olor que hace que la gente odie su trabajo, el que te hace mirar el reloj y suspirar por la hora de salida. El que te recuerda que estás allí sólo por la pasta.

3 comentarios:

Calavera dijo...

Ah, si, lo conozco. Pero mezclado con desodorante de ambientes queda aún peor.

¡Un abrazo!

Necio Hutopo dijo...

Pues debo reconocer que nunca he trabajado en ningún lado que así oliera...

Duquesa de Katmandu dijo...

Rico, rico, mezclado con aroma a frambuesas, mucho mejor!!

besotote