lunes, 12 de mayo de 2008

Ese habitual desequilibrio.

Os he mentido. Hasta antes de ayer no había dejado de tomar el aceite de lino, como dije que haría en aquel post. Y me mantenía estable, equilibrado, pero en absoluto creativo. Y tampoco tenía esas iluminaciones que me asaltaban a menudo... pero como ya ha pasado el suficiente tiempo desde que lo he dejado, estoy volviendo. Me asaltan una sucesión de ideas, fogonazos, que se alternan con estados de decaimiento. Tengo opinión para todo, me precipito y meto la pata. Sí, se asemeja bastante al trastorno bipolar, de hecho muchos TDAH acabamos desarrollándolo, aunque yo creo que aún no lo tengo. Vamos... que mi diversidad neurológica se esta haciendo patente. Quién nació redondo no morirá cuadrado.
Hoy he llamado a la radio dos veces, he escrito en mis dos blogs, contando con este, tres apuntes, he atendido mis tareas laborales y domésticas y he desatendido otras de similar importancia, y he sufrido un bajonazo a las 17:30 que he tenido que combatir con una hamburguesa... y esto no ha hecho más que empezar ¡Rock and Roll!

Sé que muchos, los que tengan conocimientos de medicina o estudios similares, no creerán en una relación tan directa entre esa substancia y mi psiquismo, más que nada porque no está documentado, si dentro de unos años se publica ya será verdad científica, pero yo puedo analizar perfectamente lo que siento, y con eso me vale. Y me encanta, porque ahora puedo manejar mi personalidad mediante una sustancia legal que, en las dosis habituales, hasta que se demuestre lo contrario, no tiene más que beneficios para la salud, desde los cardiovasculares pasando por los digestivos, hasta los anti-inflamatorios.
No os voy a engañar: aún me queda una pequeña duda sobre si no se tratará de un efecto placebo o simple sugestión pero, si a mí me funciona, como dijo aquel, ande yo caliente ríase la gente.
¿Por qué no había dejado de tomarlo como anuncié? Por miedo. Lo dejé de tomar un par de días, noté cambios, osea, que volvía ser como antes, y me asusté.
¿Voy a estar mucho tiempo sin tomarlo esta vez? No sé; supongo que hasta que me asuste otra vez.
Sí, ya sé: esto parece la práctica habitual de un desequilibrado... pero, por otra parte, es en esencia lo que yo debería ser.
Como dijo Jack Nicholson a su Psiquiatra en aquella película: ¡Como puede diagnosticarle a alguien un trastorno obsesivo compulsivo y luego extrañarse de que se presente sin avisar en su consulta!

6 comentarios:

Santiago Bergantinhos dijo...

¿Aceite de lino? ¿Seguro? A lo mejor eso es lo que te dicen y en realidad con lo que tiene que ver es con el cornezuelo del centeno.

jose.etxeberria dijo...

¡Ostia! ¡Podría ser! ¿Cómo no había caído?

Necio Hutopo dijo...

Pues yo me sé de un médico que le píldoras de azxucar a sus pacientes... Y algunos sobreviven... Lo tuyo me suena un poco a eso.

jose.etxeberria dijo...

Si sobreviven algunos ya es más de lo que hacen otros médicos ;-)

Ruth dijo...

Lo tuyo no es nada terminal en lo que el fallo de un medicamento pueda tener consecuencias desastrosas; prueba, compara, y si encuentras algo mejor, úsalo. Si a ti te funciona, funciona y punto. Que los científicos digan lo que les dé la gana.
Y cuando te canses, te asustes, o te dé por ahí, lo vuelves a tomar y santas pascuas. Como tú dices, es algo natural qeu no hace daño, a por ello.
Me alegro de verte tan espitoso. ;-)

jose.etxeberria dijo...

NO SABES BIEN CÓMO DE ESPITOSO ESTOY, NENA. Ja ja ja ja.