sábado, 2 de mayo de 2009

El gay con un pedo del 15 y su amiga la lesbiana abulense.

Lo que se ve desde el Be Bop al entrar.

Ahora mismo mi entendimiento se halla dividido entre la sensación de que quizás yo provoque sucesos extraños a mi alrededor, o que tal vez esos sucesos no tengan nada de extraordinario y a mí me lo parezca.
Esta noche he ido con un amigo al cine para ver la del Lobezno, a pesar de estar advertido por varios blogs de que era una mierda y, evidentemente, era una mierda; pero no una mierda común ¡Una pedazo de mierda que ofende a la inteligencia!
Charlamos, el colega se va a casa y, como para desquitarme, me voy al Be Bop a eso de las 2 de la madrugada. Estoy tan quemado con la puta peli que, cuando me saluda Jordi, uno de los camareros, le cuento que la he visto, me dice que a él le ha gustado y, aún a riesgo de ofenderle, le digo que me ha parecido una cagada integral. Luego hablamos de Watchmen y ya equilibramos...
Zascandileo por el local conforme se va llenando, hablo con El ingeniero, saludo a Eddy, me tomo mi agua, escucho el soul, calibro a las pavas, veo la insólita proyección de un bucle de actuaciones de Frank Sinatra en la pared... pero no entro en ambiente, y al cabo de un rato me pido un cubata. Sorprendentemente Jordi me invita. Y con Habana 7 ¡Te cagas! Me animo un poco más.
Estrategia diferida, me pongo a hablar con un par de tipos que parecen afables; el rollo de qué tal ven en ambiente, estrategia de abordaje conjunta, y luego palabras de ańimo mutuas en plan coaching.
A partir de ahí los acontecimientos se entremezclan y precipitan, y me resultaría imposible recordar la cantidad de gente con la que he charlado y el sinnúmero de chicas ante las que he realizado mi parodia de baile...
Otro cubata y ¡no me quieren cobrar! Saco una foto a los camareros. ¡Son un amor!

El flashazo rompe completamente la cálida oscuridad del local... pero es lo que hay.
Alguno, no acérrimo, seguro, podría interpretar sin leer el texto, que estos son el gay y la lesbiana, así que, para que queden bien claro ¡Son los camareros del bar y son un amor!

Se llega la hora del cierre, música fuera, luces arriba, justo cuando charlaba con una Tolosarra con nariz de diosa. Salimos juntos y en la calle sigo contándole mi rollito sobre fisiognómica. Se muestra muy interesada. Hasta el punto de decirme que ha sido su conversación más interesante esta noche, lo que halaga mi petarda vanidad. Su amiga termina la charla con otro tipo, la reclama y su sonrisa y su nariz desaparecen calle abajo.
A mi alrededor revolotean los borrachos sin casa, un par de pavitas descarriadas y una rubia, y aquí permitidme una pausa enfática... ¡Una rubia que quitaba el hipo!
Le doy bolilla, toreo como puedo a los borrachos... ¡y le doy bolilla! Sonríe, bromea, finge acentos, me da cinco nombres y cinco procedencias geográficas distintas... y lo más extraño es que de vez en cuando se acercaba un tipo gordito con un pedo del 15 y me la arrebataba unos segundos. Al tipo no le entiendo una verga. La chicha es una cachonda de aúpa. Como no me separo, me confiesan que quieren ir al Bata y yo me ofrezco para acompañarles. El gordido borracho me masculla cosas y la rubia me vacila sin tregua, nueva procedencia que centramos en Ávila, acentos y ocupaciones diversas, y yo voy haciendo cábalas de cual puede ser su relación. Colijo que marido y mujer casquivanos, por la familiaridad de su trato. Lo cuento y el gordito se descojona y me dirige al oído balbuceos que no alcanzo a comprender. La rubia, como que sí pero como que no, pero como que ya no sé qué pensar. Procedo a cantarle un tango. En esto el gordito se esmorra al bajar de una acera, me jode el final del tango, la rubia se descojona y hemos de levantarlo entre los dos.
El tipo se duele de verdad de la espalda y me ofrezco a servirle de apoyo. Paso su brazo sobre mis hombros y doy la mano a la rubia. Lo de la mano es gratuito. Parecemos el trío de la bencina.
Al gordito se le ha pasado medio pedo con la hostia y ya se le empieza a entender algo. Me dice como que está alucinando porque la rubia se ha dejado dar la mano por un tío y luego que me agradece mogollón que le ayude. Yo que para eso estamos, que me encanta conocer gente, chicas guapas en particular, que me estoy divirtiendo, que son más majos que la leche... mi verborrea habitual... más bromas pero... hay algo que aún no pillo.
El Bata está cerrado y el gordito no puede con su alma. Quieren volver a la pensión. Mi moto está aparcada justo en aquella dirección. Me ofrezco a acompañarles y no se niegan.
Sigo haciendo de apoyo, la rubia sigue con el vacile, y me confiesa entre risas que el gordito es su amigo gay. El gordito me confiesa a su vez que la rubia es su amiga lesbiana.

Al principio no doy crédito. El gordito me lo asegura y la rubia tiende hacia mí sus ojazos azules y asiente. Me cuenta que es el amigo que le espanta a los tíos mientras trata de ligar con chicas... A partir de aquí sólo hacen bromas de maricones y bolleras. Ella añade algunos detalles, el tipo, ya mucho menos borracho, completa con otros, sabe perfectamente que soy hetero, le entra la risa floja ante lo insólito de la situación, y se disipan mis dudas.
Buenísimo buen rollo desde aquel momento. El gordo me adora y ella me tolera. Él me asegura que es casi un milagro que no me suelte la mano...
Nos llegamos a la pensión, besos y abrazos, amor fraterno, despedida y cierre.

Siete de la mañana. Regreso a casa. Me siento bien... ¡Muy bien!
¡¡¡¡¿¿¿¿Cómo no iba a contar esto????!!!!!!
Lo que se ve desde el Be Bop al salir.

3 comentarios:

Necio Hutopo dijo...

Bien... La farra hace extraños grupos...

Sobre la propensión a historias fascinantes e inesperadas... Pues, será que uno vive la vida como si fuera fascinante e inesperada, facultad de Cronopio.

Santiago Bergantinhos dijo...

¡Golfo! ¡Crápula! ¡Casquivano!

Nym dijo...

¡Qué vergüenza, qué vergüenza! ¡Qué horas son esas de llegar a casa! :P