domingo, 31 de agosto de 2008

Respira Leti, respira.

¿Por qué cambiaste tu cara, Leti, si ya eras perfecta?
Tu perfil tenía la aguda eficacia del tiburón
y tu sonrisa la falsedad de la hiena:
equipaje perfecto para el viaje a la cumbre.

Yo amaba tu seriedad de espada,
tu rigidez estoica de tabla de plancha.
Aquello que limaste no eran asperezas,
tu mentón prominente nunca fue de bruja;
tensaba tu piel fina y esculpía en cera
la quilla de tu rostro, tu ausencia de mejillas, tu afán de calavera.

Por qué dejaste hendir al bisturí tus carnes.
Por qué segaste en vida tu piel y tegumentos.
¿Guardaste esos despojos de eunuco palaciego?
¿Respiras más tranquila? ¿La excusa tiene efecto?

¿Esperabas acaso que tu rostro egregio
borrase la ignominia de alzarte sobre el pueblo?
Que tu imagen bastase para postrar fieles,
que la plebe mostrando su amor y su respeto
te aclame soberana de natural derecho...

No estabas por encima, antes ni ahora ni luego
ni una cara bonita otorga más derechos,
ni el oro en los cubiertos, ni las babas del clero.

Igual ante la vida, las bacterias y el miedo;
igual ante la sed, distinta ante el espejo.
Qué ve tu nueva cara enfrentada al reflejo.
¿Hay más virtud ahora?
¿Has sido redimida?
¿Mereces la corona?

Espejito, espejito: ¡Habla, yo te lo ordeno!
¿He esquivado a la muerte? ¿Ya me he ganado el cielo?

4 comentarios:

Redacción LTXD dijo...

Ot-tia! Bueno. De verdad. Y, tal y como están las cosas, valientes.

P.D.: Te llevaremos tabaco a la cárcel, tú tranquilo.

jose.etxeberria dijo...

Mi prima Leti, que se a operado.

Duquesa de Katmandu dijo...

Excelso! Mayúsculo! Aplausos.

Beso,

Necio Hutopo dijo...

Si entendí bien... Van a secuestrar el blog?