martes, 19 de agosto de 2008

La disciplina del acero.

Mejor de lo que pensaba. El primer día y ya nos dieron un mandoble de metro veinte y dos kilos de peso. Somos tres chicas y tres chicos. Una de las chavalas no era mucho más grande que la espada. El monitor un joven muy serio que vestía de negro y nos lo presentaron como maestre de nosequé. (¿Tal vez masón?) El insomnio me impide recordar su nombre. Como hoy he dormido, mañana ya os contaré.
Tras calentar y practicar desplazamientos estuvimos un buen rato repartiéndonos golpes. ¡Cómo sonaba el acero! Menos cortarnos la cabeza hicimos de todo. Dado el peso de las armas se nos quedaron los brazos y los hombros fritos. Hoy tengo agujetas.
Nos van a dar caretas y chaquetillas para darnos caña de verdad. Si ocurre algo notable (amputaciones, cercenamientos...) ya os contaré.

Para terminar os dejo con un conocido que también la da a la espada... en la intimidad.

No hay comentarios: