lunes, 25 de agosto de 2008

Ganar medallas por narices

Revisión fisiognómica de las dos máximas estrellas de estos Juegos Olímpicos.

Hace un tiempo estuve hojeando un libro sobre fisiognómica moderna, la pseudociencia que trata de establecer una relación entre la forma del rostro y el carácter de las personas. Vaya por delante que me tomo con la mayor de las cautelas cualquier afirmación que parta de una disciplina no considerada ciencia, máxime cuando se puede usar para discriminar a las personas, y seguramente os agradará saber que en mi propio hogar pago penitencia, pues mi esposa tiene formación superior, es firme defensora del método científico, y me da pescozones verbales cada vez que se me ocurre comentar algo del asunto.
Sin embargo recuerdo que me llamó poderosamente la atención la importancia que se daba en ese libro a la nariz, que se estudiaba al menos sobre ocho parámetros, y sobre todo me fijé en un aspecto que se relacionaba con la capacidad de concentración y persistencia en la tarea. Mis acérrimos ya saben que por ser padre de un hijo diagnosticado de TDAH y tener prácticamente la certeza de padecerlo también, todo lo que trate sobre concentración o mantenimiento de atención me interesa.
Bien, la parte que se relacionaba con la capacidad de concentración era la que llamaban raíz, el nacimiento de la nariz desde la frente, y si este era ancho y poco deprimido la persona tendría facilidad de concentración, mientras que si era estrecho y deprimido su concentración sería escasa y el individuo tendría tendencia a dispersarse.
Podéis verlo en los dibujos adjuntos.
Huelga decir que el nacimiento de mi nariz es estrecho y deprimido, coincidencia esta que seguramente hace que tienda a creerme estas pamplinas. La de mi hijo no puede ser juzgada, según el libro, pues es una nariz todavía en formación y no se conoce aún su forma definitiva.
No sería yo el cronopio que soy si olvidase fácilmente estas banalidades y no me obsesionase en intentar contrastarlas en la vida cotidiana y así me pasé una buena temporada observando narices y relacionándolas con el carácter de su portadores, sobre todo las de mis conocidos con TDAH, y recibiendo amonestaciones verbales de mi esposa.

Ya casi lo había olvidado cuando llegan los Juegos Olímpicos y esos dos muchachos se ponen a ganar pruebas y a romper récords. Me refiero, naturalmente, a Michael Phelps y a Usain Bolt. Luego llegan las entrevistas, las noticias sobre ellos, y te enteras de que Phelps fue diagnosticado de TDAH en la escuela, incluso tomó medicación durante varios años, y que Bolt no paraba quieto un momento, era el golfillo y payasete de su pueblo, y hasta le llevaron al médico a ver si aquello era normal... e, inevitablemente, mi vista se desvía hacia sus narices, concretamente a la raíz.







Qué podemos observar:
Nacimientos débiles y deprimidos.

¿Coincidencia? Seguramente.

También tiene su lógica que alguien que no puede parar quieto acabe dedicándose a pruebas de velocidad, ya sea en tierra o agua. En mi experiencia los TDAH muchas veces queremos salir corriendo y acabar cuanto antes...

Al margen de que la forma de su nariz describa o no su hiperactividad, me alegra que estos muchachos hayan encontrado su lugar en el mundo, por ellos mismos y por la esperanza que esto otorgará a muchos diagnosticados de este trastorno.

¡Bueno! Ahora ya podéis acusarme de frenólogo aficionado, xenófobo, filonazi e iletrado con ínfulas, que yo lo aceptaré encantado.
Pero mañana, cuando os fijéis en la nariz de vuestro colega ese tan despistado, o ese otro tan inquieto, hacedlo con disimulo y, si os descubre, decidle que tiene la nariz de un triunfador, y que debería probar con los deportes. Y suerte con los espejos.

4 comentarios:

Duquesa de Katmandu dijo...

Con razón!!! Yo defiendo también el método científico y las cartas del tarot a la vez. Y veo con horror que soy incapaz de diagnosticar en base a mi propia nariz!!

Beso,

Necio Hutopo dijo...

Lo que son las cosas... Y a los que en vez de nariz nos pusieron una masa amorfa de carne con dos agujeros, según el librito aquel, qué nos espera?

Kanif Beruna dijo...

Pues, gracias a aquella encerrona que te hice, Hutopo, puedo constatar que tu nariz es de lo más corriente, no te mortifiques, con el correspondiente hundimiento y estrechez de la raíz, así que no sé a qué esperas para ponerte a correr, pues estás destinado a las medallas y la gloria ;-)

Ruth dijo...

La mía es estrecha, pero sin hundimiento. ¡Qué horror! No sé si salir corriendo o sentarme a estudiar. Igual me voy a dar un paseo con un libro bajo el brazo...
Tenías que haberme visto tú en la época en la que me dio por la grafología. Antes de estrechar la mano de una persona, miraba sus aes. Un horror.