Historia mínima y anónima.
Soy de los que piensan que una persona no debe eliminar todas sus rarezas, sino que debe cultivar algunas, pues eso es lo que la dota de humanidad. ¿No son acaso enternecedoramente humanos los frikis?
Yo siempre he sentido la necesidad de recoger objetos que veo tirados por ahí. Durante un tiempo tuve un local a pie de calle, lo acondicioné magníficamente con los muebles que fui cogiendo de la basura, y luego tuve que contenerme para mantener un espacio que me permitiese deambular y trabajar. Supongo que si hubiera seguido acumulando objetos podría haber sido víctima del síndrome de Diógenes, que en esos trastornos todo es empezar.
Lo que podríamos llamar mi "compulsión recogedora" aún no ha cesado, me atraen los cachivaches de las basuras y cualquier objeto que veo tirado, pero mis posibilidades de almacenamiento y una cierta sensatez fruto de la edad se han impuesto, y ya no recojo prácticamente nada.
Digo prácticamente porque, como sea que la compulsión sigue, y en aras de mantener una rareza con la cual disfruto, ahora recojo notas manuscritas que veo por ahí. Sobre todo son listas de la compra que encuentro en el hall de los supermercados, pero también otras que la gente deja tiradas en la calle. ¡Gracias por ser incívicos y no usar las papeleras!
Este coleccionismo tiene muchas ventajas: sus elementos ocupan muy poco, se obtienen sin coste alguno, se pueden portar discretamente una vez hallados y almacenar fácilmente, se pueden registrar sin problemas en soporte informático... pero sobre todo satisfacen ese "factor cotilla" que todos llevamos dentro; dan mucha más información que una lámpara o un mueble encontrados por ahí. Supongo que hasta pudieran tener valor como elementos para un futuro estudio antropológico...
Como toda colección se disfruta más plenamente cuando se muestra a los demás, creo que ha llegado la hora de compartir con la blogosfera los elementos más notables que la componen. Todos fueron hallados entre Octubre de 2009 y la fecha actual, y se muestran sin ningún orden concreto, seleccionados por la belleza de su grafismo, el interés de su mensaje, o su originalidad.

Lista clásica de la compra. Sin embargo nótense algunos detalles: Por el tipo de letra bastante trasnochado y esa maravillosa síntesis en María, podría atribuirse a una persona de cierta edad, su brevedad podría revelar frágil memoria... sin embargo sorprende que no inicie las líneas con mayúsculas y sí lo haga en el nombre comercial. ¿Qué contendrán los botellines de Unay? Una nota perturbadora.




Pequeña nota aprovechada al máximo. Tareas, compras, teléfonos... hasta una flecha que nos remite a la parte posterior, donde continua, y que no escaneo pues contiene información sensible. Persona ocupadísima. ¿Mujer?

Y para terminar una caótica lista no exenta de humor:

Esta ha sido una selección de las listas de compra más notables que atesoro hasta ahora. Otro día colgaré las que tratan otros asuntos.
¡Por cierto! ¿Lo que estoy haciendo es delito?
5 comentarios:
Yo por eso no hago lista para ir por los comestibles.
Friki tú? Tú lo que eres un terrorista de las miserias humanas!!! ;-)
Deberías hacer una exposición con todo esto.
Me ha parecido una idea tan genial, que no descarto copiarte.
Algún día haré una exposición con esto.
Estas son sólo la mitad de las listas de compra que tengo. Luego están las notas curiosas, los avisos, las raras... y todas las que pueda encontrar.
Dios, pues conmigo habrías encontrado una mina, tío. Me paso la vida (literalmente) haciendo listas de cosas: de cosas por comprar, por hacer, gente por llamar, cartas por escribir... de listas de gente, listas de cosas que me gustan, listas de...
me da que soy mú rarita yo...
De todos modos, me parece una colección muy guapa.
Publicar un comentario