jueves, 24 de abril de 2008

No puedo contarlo

Eso que más pudiera interesaros, lo más interesante que pudiera salir de mi boca o transcribirse a un papel; lo que os dejaría pegados al asiento, lo que haría descolgar vuestra mandíbula, eso que os fascinaría provocando a un tiempo morbo y repulsión, que haría que no pudieseis dejar de leer y que deseaseis no ser vosotros los protagonistas; eso que recordaríais entre las banalidades del día, lo que impresionaría vuestras neuronas con esa misteriosa marca indeleble que hace que permanezca, lo que alteraría la química de vuestro cerebro cristalizando en una microscópica estructura nueva que fijaría ese momento, que obraría el milagro de transformar el tiempo en un sólido, eso que rememoraríais una y otra vez, que desearíais contar para ver la cara de vuestro interlocutor al recibirlo, lo que merecería la pena transcribir al papel, grabar en un código que permitiese su duplicación, que lo hiciese trascender hasta formar parte de la historia… eso… no puedo contarlo.


No puedo contarlo porque si lo hiciese mi seguridad correría peligro; la conmoción haría que me buscaseis y se me exigirían explicaciones y atribuirían responsabilidades. Se me señalaría y sería sometido a escarnio público; mis referencias se tambalearían, se derrumbarían las bases sobre las que me asiento y mi situación cambiaría tornándose insoportable…


O peor aún; puede que lo contase… y no pasase nada de nada.

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