martes, 5 de febrero de 2008

La baldosa chivata.

Ahora, en mi tradición de criticar los inventos de mi solar patrio, que tantas satisfacciones me está procurando, comentaré una noticia que ha llegado hoy a mis oídos.

Yo ni lo sospechaba, fíjense, pero resulta que el suelo era tonto; bueno, si no tonto, al menos no muy listo... pero eso se va a acabar porque han inventado ¡el suelo inteligente! Aunque no va a evitar que te tropieces, ni se va a fregar él solito, ni se va a calentar cuando andes descalzo, no: ¡Va a hablar!

Lo he escuchado en la radio. Se trata de una baldosa que se puede poner en el suelo de la oficina, delante de la máquina del café, y cuando detecte que alguien lleva demasiado tiempo holgazaneando le soltará: "Deberías estar trabajando"
También proponían otros usos, como colocarla en la cocina, delante del frigorífico, donde servirá de ayuda para controlar tu dieta; cuando te acerques a picar algo y la pises, dirá: "Ay, esos kilitos, ¡venga, no te rindas!"
Sí, sactamente con esas frases que he oído y luego ha confirmado San Google.
¡Triste aplicación de la tecnología! y enésima demostración de lo que nos espera con la inteligencia artificial; vuelves al suelo inteligente, le concedes la capacidad de hablar y qué es lo primero que hace: chivarse.

Así que, si algún día veis a alguien sorteando extrañamente las baldosas de la oficina, aunque no debe descartarse el trastorno obsesivo compulsivo, puede que simplemente esté esquivando la baldosa chivata.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Francamente, se podían poner a inventar cosas útiles: vacunas, energías alternativas... y dejarse de polleces...

Ruth dijo...

¡Lo vi en la tele el otro día y me quedé de piedra!
Yo qué quieres que te diga, igual sí que pongo una delante de la nevera... O donde caga el gato, para que me diga si hay que limpiarle las piedras.

Anónimo dijo...

Joder, por si no teníamos bastante con el mítico compañero chivato, ahora las baldosas se vuelven en nuestra contra. Un motivo más para ponerse tacones: seguro que les jode.

Necio Hutopo dijo...

Tengo la solución... llvera potentes imanes en las suelas de los zapatos y cargarse los transistores* de esas porquerías...


*Que sí, que se muy bien que hace algunos soglos que las cosas no corren a transistores... pero se entendió el comentario, no?

Javier Vizcaíno dijo...

Ahora la pelota está en el tejado de los inventores de calzado. Deberíuan inventar unos zapatos que respondieran a las baldosas "tu puta madre".

(JD. ¿Compañeros chivatos? hmmmmm... Y lo de verte con tacones, ¡pagaría!)