Y haciendo revisión y balance del centenar de entradas pasadas he constatado que, entre las inevitables pruebas del novato, diversos ejercicios de estilo y la fascinación por la actualidad, me he alejado de ese propósito. Pero no os preocupéis; pienso compensaros este año. Y además con retroactividad.
Ya colgué anteriormente relatos de ficción y otros apuntes en los que se podían entrever fácilmente retazos de mi personalidad; sin embargo considero que, donde más fielmente se refleja esta, es en la poesía. Sí, queridos acérrimos: yo también padecí de esos dolores. Ya podéis echar a correr los más prosaicos porque lo voy a hacer; voy a colgar un par de mis viejas poesías. Pretendo que sirvan de introducción a otras nuevas que estoy garrapateando y que colgaré si redondeo con éxito.
Las que veréis forman parte de un poemario que escribí en el 2000 y presenté a un concurso local obteniendo un segundo premio, lo cual me hace suponer que andaban muy escasos de poetas por aquellas fechas. De un total de 23, yo ahora sólo salvo estas dos.
Ahí van.
NO HABÍA UN GIGANTE BAJO LA COLINA,
ni gente menuda habitante del bosque.
Las niñas de piel fina y pelo rubio
de trenzas, del cole,
hoy son camareras,
y los niños pálidos de ojeras,
oficinistas y abogados.
Esos de tez morena, vivaces,
con los dedos nudosos y el gesto rápido
cumplen condena,
y algún otro vive
y no sabemos de él.
Van a venir a buscarme
para salir un rato,
que mañana es lunes y madrugo.
ESE MULATO ESTOQUEANDO A FONDO
el culo de aquella amazona blanquísima,
con su cipote de negro zumbón
y su sonrisa de piano.
Con esas nalgas redondas
de fruta madura
con esa felicidad de animal sano.
Esa yunta inusual
de carne sol y mango
de sombra de floresta,
toda belleza enhiesta con la vida en las manos.
Los jugos que destilan
abonarán las selvas.
Van a crecer racimos de gentes,
van a surgir colores bajo esa costra,
para arrancarla, limpiar la pus
y restañar la herida.
ni gente menuda habitante del bosque.
Las niñas de piel fina y pelo rubio
de trenzas, del cole,
hoy son camareras,
y los niños pálidos de ojeras,
oficinistas y abogados.
Esos de tez morena, vivaces,
con los dedos nudosos y el gesto rápido
cumplen condena,
y algún otro vive
y no sabemos de él.
Van a venir a buscarme
para salir un rato,
que mañana es lunes y madrugo.
ESE MULATO ESTOQUEANDO A FONDO
el culo de aquella amazona blanquísima,
con su cipote de negro zumbón
y su sonrisa de piano.
Con esas nalgas redondas
de fruta madura
con esa felicidad de animal sano.
Esa yunta inusual
de carne sol y mango
de sombra de floresta,
toda belleza enhiesta con la vida en las manos.
Los jugos que destilan
abonarán las selvas.
Van a crecer racimos de gentes,
van a surgir colores bajo esa costra,
para arrancarla, limpiar la pus
y restañar la herida.
3 comentarios:
Cómo era aquello?
"Si me preguntaís de donde vengo
tengop que hablar de cosa rotas..."
Que creo que escribio Neruda
Pues a mí me gustan los poemitas.
Gracias. Eres la primera que se atreve a opinar. Juro que soy un tipo de buen talante... Me gustaría incluso oír alguna crítica negativa...
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