El mucho trabajo y poco reposo convierten a Jack en un soso.
Eso es lo que me está pasando a mí.
Desde la nebulosa del ciberespacio podríais imaginarme como un tipo dinámico con un trabajo interesante y una intensa vida social, que garabatea en su blog unas lineas mordaces cuando dispone de unos minutos entre su múltiples ocupaciones... pero voy a romper el misterio y confesarme: soy una maruja.
No. No es que no sea un hombre, como bien saben mis acérrimos; es que ejerzo de amo de casa. Últimamente me dedico principalmente a las tareas domésticas y a la crianza de mi hijo. El escaso tiempo que me queda libre lo dedico a un trabajo por cuenta propia y a bloguear.
Tengo una esposa que abandona el hogar antes del alba y regresa al anochecer, pues ejerce su profesión en una capital cercana, así que a mí me toca despertar a mi hijo, encargarme de que se lave, se vista, desayune... ya sabéis, que llegue al cole a su hora, nutrido y vestido. Luego marujeo, aprovisiono la casa, trabajo un poquito... y ya tengo que preparar la comida para los dos. Luego vuelvo a enviarlo al cole, recojo un poco, blogueo un poco, trabajo otro poco, preparo la merienda y ya tengo que ir a buscar al chaval... No me malinterpretéis, no me quejo; lo que pasa es que antes disponía de más tiempo para mí, sobre todo de trabajo, y cuando este era una tarea mecánica le daba vueltas al bolo y se me ocurrían temas para mis apuntes. Incluso garabateaba borradores con frases ingeniosas... Así, al llegar la noche, tenía asuntos sobre los que escribir en el blog.
Ahora, cuando llega la noche, solo me apetece leer lo que vosotros escribís, si puedo hojear un libro, y tirarme a dormir. Así que entre eso y mi nuevo carácter merced al experimento Omega, y hasta que no cambie esta situación, me temo que mis días de bloguero mordaz han terminado.
-¡Pero si nunca fuiste mordaz, capullo!
-Bueno, es una opinión como otra cualquiera.
3 comentarios:
Oiga Doctor, regréseme mi depresión...
Quién cantaba algo así?
Tampoco está tan mal ser maruja. Alguien tiene que hacerlo, que diría aquel.
Tú sopesa lo que mejor te conviene, siempre puedes dejar los omegas (que no a tu hijo).
Con lo que se demuestra que aquel socorrido SUS LABORES era, es y será todo un curro que agota como el que más. Los singles sabemos de eso también pero sin las responsabilidades con los peques.
Eutsi gogor
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