martes, 11 de diciembre de 2007

¿De qué se ríe Papá Noel?

He escuchado, en la emisora de la que abuso, el típico espacio que por estas fechas dedican a Olentzero, el Papá Noel particular del país vasco, y no he podido evitar reflexionar sobre el asunto.
Siempre ponen mucho cuidado para mantener el engaño, revisten el asunto con toda la coherencia que pueden para no desvelar el truco, sabedores de que podría haber niños escuchando, e incluso muchos adultos que jamás les perdonarían ese desliz... y yo me pregunto:
¿Qué nos lleva a mantener este engaño? ¿Por qué en otros muchos aspectos queremos que los niños adquieran rápidamente las bases de la lógica y en este asunto les mantenemos en la fantasía el máximo tiempo posible, hasta que la realidad se impone y el engaño resulta ya imposible?

Bueno; después de darle vueltas al asunto yo sólo le veo un sentido: Les engañamos para dominarlos; para dominarlos por el terror. Les decimos que esos personajes les traerán regalos si se portan bien y, si se portan mal, carbón o nada. Por estas fechas, al menor amago de desobediencia, les recordamos que esos personajes lo saben todo, que les vigilan a modo de un gran hermano, y que pasarán de largo ante su puerta si no corrigen su actitud. Y también les damos instrucciones para afrontar la noche de la espera; les informamos de que deben dejar sus zapatos limpios y que han de irse pronto a la cama... y lo que es peor: les decimos que han de estar dormidos cuando llegue el mensajero pues, si lo descubren, tampoco obtendrán su recompensa.


Todo este adoctrinamiento tiene sus consecuencias: conozco niños especialmente sensibles que viven con angustia estas fechas, que actúan cohibidos ante la posibilidad disgustar a esos personajes, que temen a las consecuencias de sus actos pasados y, sobre todo, sufren especialmente la noche señalada, incapaces de conciliar el sueño, escondidos bajo las sábanas, alerta ante el mínimo ruido, temerosos de asomar la cabeza y descubrir a Olentzero, Papál Noel, o el trío de turno, y quedarse sin regalos.

Así que, la próxima vez que veáis a un Papá Noel, rojo, verde o azul, al Olentzero o al trío de reyes, no creáis que estáis viendo a bondadosos portadores de noticias y regalos... estáis viendo mensajeros del terror, símbolos fascistas del control de masas.

Ahora ya sabéis de qué se ríe Papá Noel.

10 comentarios:

Santiago Bergantinhos dijo...

Hablando en plata, que papá noel y equivalentes es el superego exterior a nosotros mismos, las normas sociales y la obediencia al superio, pero interiorizado. Esto es: Dios.

Javier Vizcaíno dijo...

Es triste, pero la cosa es tal que así. Que tire la primera piedra quien no haya utilizado a Olentzero como coartada para mandar al peke a la cama, para que coma algo que no le gusta o para que deje de hacer lo que nos incomoda.

Maripuchi dijo...

No creo recordar que a mí me coaccionaran de esta manera... Lo de ir a la cama pronto sí, pero lo de ser obediente, limpiar los zapatos y demás, nanay!
Con mis niños no lo hago.

jose.etxeberria dijo...

Gracias por vuestros comentarios, amigos. Después de unos días bastante alicaído, creo que me están retornando las ideas.
¡Hay que ver lo que se me ocurre cuando escucho la radio mientras hago las tareas domésticas!

MiKeL dijo...

Jo, Kanif! De maravilla! Mira, hoy he tenido lío con mi alumnado justo cuando acababa la clase. Ha salido a colación el Olentzero por algún comentario estúpido a la sazón, y les he planteado la absoluta mentira en la que hacemos vivir a los peques por mor de hacerles creer en una supuesta ilusión y chantajearles vilmente. Y después de meterme con el carbonero borrachín que vive aislado todo el año, y que su único contacto con niños es ponerlos en sus rodillas unos días antes y visitarles una noche(eso es de denuncia), la he emprendido en un euskera a 250 km/h con Papa Noel y sus renos con nombres extraños como Ruper (te necesito!), y luego con los reyes esos que en cada sitio son diferentes. En mi misma celda, llena de insumisos había un nigeriano majísimo, católico él, que se quedó de piedra(negra)cuando llegó a Bilbao y vio que el rey mago más popular era negro como él, cuando allí, en Nigeria, los misioneros les enseñaban que los tres reyes eran blancos, blanquísimos. Buf! Y para acabar les he dicho que conozco a muchos chavales de 6, 7 y aún más años que saben el supuesto secreto y que fingen para seguir pudiendo pedir lo que les dé la gana. He visto sonrisas cómplices así que entre los 20 seguro que alguno lo había hecho. Apúntame a tu club de críticos a esos fantoches y a los progenitores que mantienen la patraña para conseguir un buen comportamiento.

Zorionak por el post!

jose.etxeberria dijo...

¡De maravilla tú tío! ¡Un comentario así es toda un entrada!
Eskerrik asko.

Anónimo dijo...

Sin pasarse y meterles una ansiedad excesiva, no viene mal un poco de ilusi�n.
Y adem�s de la ilusi�n que los peques aprendan a esperar.
Hoy ese es su problema, todo lo quieren al momento y esto de que vendr�n a recompensarlos que valoran sus esfuerzos y tal me parece positivo.
tambi�n el hecho de escribir sus deseos en una carta.
De todas formas la ley esta ah� si haces esto o aquello te cae encima.
Estos personajes son la Ley "buena" digamos, hasta el carb�n es dulce!

La ilusi�n en su justa medida y el saber esperar me parece interesante y necesaria .
Si os para�s a pensar todos funcionamos igual .

Todos los dias Olantzero?

Necio Hutopo dijo...

"yo sólo le veo un sentido: Les engañamos para dominarlos; para dominarlos por el terror"...

En el fondo de toda mentira (término mucho más amplio que el de engaño) subyace una relación de poder... Incluso en aquellas que actuamos por reflejo (idiotismos morales) o consenso (reglas de etiqueta) y en las "piadosas", toda mentira es, finalmente, una declaración de que somos más capaces que nuestro interlocutor para manejar la verdad... Suponer que la coherción es necesaria en la educación de los niños es, cuando menos, una declaratoria de nuestra incomptencia como padres... Yo por eso no tengo hijos

Ruth dijo...

Jo, pues yo no lo veo así. Los peques suelen vivirlo con ilusión, un personaje mágico que va a verles una vez al año; yo nunca pasé angustia ninguna por estas fechas, es más, hacía más gamberradas cuando mis padres no me veían para ver si era cierto lo de que lo ven todo. Curiosamente, cuando ellos no estaban no pasaba nada... así que empecé a sospechar.

Kanif Beruna dijo...

Curioso... las únicas que los defienden son dos mujeres... ¡Vosotras sois las que inculcáis esas perversiones en las mentes infantiles! ¡Vosotras mantenéis el reinado del terror! ;-) (Es un vacile, no lo toméis a mal)