jueves, 13 de diciembre de 2007

Banalidades ¿estéticas? para un viernes.

Ya recuperado de la melancolía y enlazando con la entrada anterior, os contaré, por si no habéis conseguido hallarla, la razón por la que me puse el sobrenombre de Kanif.
Quería un seudónimo, claro; una identidad secreta. Porque mola, te sientes como un superhéroe, y puedes hablar con más libertad. Y resulta que yo siempre he adorado las navajas; de hecho empecé a coleccionarlas... y canif es navaja en francés. Y también me molaba Milton Canif, el genial dibujante de "Terry y los piratas"... pero quería diferenciar el nombre, darle un toque oriental, así que opté por ponerle la K que, como habéis visto, no lo ha hecho tan original... pero bueno, me basta.
Esta insulsa introducción es tan sólo un intento de justificar las fotos y los enlaces que voy a poner a continuación, sobre esa serie de objetos que adoro: Las navajas.

Las hay de todas las formas, tipos y colores.






Esta es romana. Una de las primeras que se conocen.
Mango de bronce decorado con un perro persiguiendo a un conejo. S. II a IV d.C.









Estas son de la prestigiosa marca estadounidense Winchester. En aquel país adoran coleccionar estos artefactos.



Tenemos, por supuesto, la clásica navaja española, que era un arma de "defensa" y no para pelar fruta o cortar chorizo; alguna hojas llegaban a medir 30 cm. Eran verdaderas espadas plegables.












O autenticas obras de arte como esta creación de Lary Fuegen (USA), llamada "El aullador", en acero de damasco de 360 capas y mango esculpido en asta de ciervo albino. Tres meses de trabajo y 20.000 $.









Pero aquí quería llegar yo: Le couteau Laguiole; a mi entender la navaja más bella del mundo.


Esta navaja es originaria de la villla de Laguiole, Auvernia, en el centro de Francia, y ha sido el cuchillo rústico de la región por cientos de años. Se popularizó hasta convertirse en la navaja por excelencia de Francia y hoy en día es la que se lleva en los bolsillos incluso en las capitales. La tradicional tiene hoja de acero, contera y virola en latón y cachas de asta de buey. La figura de una abeja adorna el freno del muelle. Ha sido versioneada por diseñadores de postín como Philippe Stark, la que podéis ver arriba toda metálica es obra suya (hoja de acero, mango de duraluminio), y se puede encontrar en todo tipo de calidades y precios.

Durante años la tradición cuchillera de la región se perdió, con la honrosa excepción de la cuchillería Calmels, en la propia Laguiole, pero desde 1985 la fabricación ha vuelto a la villa, con la apertura de "La coutellerie de Laguiole", fábrica que intenta mantener el proceso lo más artesanal posible.

De todas formas mirad estas fotos de M. Pierre Calmels en su tienda; es que no hay color...

















¿No le compraríais una navaja a este hombre?






Y fijaos en esta bucólica vista de la villa, envuelta en las brumas de la región. ¡No sé qué demonios hago aquí en vez de correr hacia Laguiole a comprarme otra de esas hermosuras!










11 comentarios:

Necio Hutopo dijo...

Yo de navajas sólo entiendo a mi fiel Victorinox de toda la vida... Pero de seudonimos sé muchas cosas... Y todas malas; porque no hay seudonimo que agunate y a mi, por ejemplo, ya casi todo mundo me llama por mi nombre de pila aún en estos virtuales lares... Como para echarse a llorar

balen dijo...

Kanif, ya me he registrado como blogger (¡qué rimbombancia!) y quizás hasta lo haya hecho bien.
Probando..., probando...
Un abrazo.

balen dijo...

¡¡¡Albricias!!!

Javier Vizcaíno dijo...

Todo esto tiene relación con el nombre Kanif Beruna, ¿verdad?

jose.etxeberria dijo...

Sí, Balen, Lo has hecho bien. Y muchísimas gracias.

Claro, JV. Sólo tenías que leerlo ;-)

Anónimo dijo...

Hiper:
¿por qué tienen las navajas esa pequeña muesca u hoyuelo lineal en un envés de la hoja?
¿qué función tiene?
Un abrazo.

jose.etxeberria dijo...

Las navajas de muelle simple, en las que la hoja se mantiene en el mango y se sujeta sola una vez abierta, suelen tener esa muesca para poder tiran más fácilmente de ella al abrirla, metiendo la uña, o simplemente porque facilita la adherencia de la piel.
¡Maja!

jose.etxeberria dijo...

¿Has estado el Laguiole?

sonia dijo...

No, no conozco esa zona.
Parece preciosa.
Estuve más al Oeste y Noroeste que esa región.
La France c´est vraiment belle.
Me recuerdan ,a los tejados de las casas de Perigeaux.

Un abrazo.

MiKeL dijo...

Mis alumnos más mayores suelen ser partidarios de las Opinel (en el insti están prohibidas, claro), que se suelen usar para recortar los trocitos de "chocolate", sí, de ese chocolate, y a mí siempre me han parecido un poco primitivas.

También hemos pillado alguna de esas que las cachas protegen la hoja y luego se tiran todo para atrás y se unen detrás, de esas que salen en las pelis entre los marines.

Las Laguiole que has puesto, muy monas.

Support IT dijo...

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