Reconozcámoslo: todos tenemos un pasado. Unos fumaban porros y otros iban a un cole de curas; yo practicaba fisioculturismo.
Sí, amigos míos, yo iba a un gimnasio situado en un lúgubre sótano y movía pesas rodeado de hombres robustos y sudorosos. Nos tumbábamos en bancas y movíamos mancuernas, tirábamos de poleas o cargábamos barras sobre nuestros hombros y hacíamos ejercicios con nombres tan sugerentes como press francés, tan estúpidos como sentadillas o tan arrogantes como dominadas. Para los que estén imaginando cosas raras diré que allí no conocí ningún gay y la gente que iba lo hacía por puro amor al músculo. Entre serie y serie hablábamos de tías, sí; pero sobre todo de deltoides, pectorales y biceps. Sí, gruñíamos para acabar nuestra serie, jadeábamos, descansábamos, iniciábamos la siguiente, y cuando los grupos musculares que tocaban aquel día ya estaban fritos, nos duchábamos y nos íbamos cada uno a nuestra casa a comer como bestias.
Y funcionaba; no en vano pasé, en cinco años, de 65Kg a 79, y con menos grasa corporal que al empezar. Y la fuerza se triplicó en algunos movimientos. También he de admitir que necesitaba dormir 10 horas al día y que, a veces, las agujetas me duraban una semana... pero ya lo decían en las revistas del ramo: "No pain, no gain"
Sí , porque comprábamos revistas ¡Cómo no! Y no eran de tías desnudas, como correspondería a nuestra edad; eran de tíos musculosos posando en bañador... (debo admitir que sentía la misma vergüenza cuando las leía en el autobús) Y teníamos nuestros ídolos claro. Principalmente eran competidores norteamericanos que conocíamos por las publicaciones; yo admiraba a algunos de aquellos tipos... y lo que es peor: no los admiraba por sus logros competitivos o personales; lo hacía por su físico, por lo que habían conseguido esculpir sobre su cuerpo.
Seguramente a ninguno de vosotros os sonaran nombres como Shawn Ray, Lee Labrada, Steve Brisbois, Mike Ashley, o Dorian Yates, pero yo podía reconocer a cualquiera de ellos observando tan sólo un músculo de su anatomía.
Y aunque soy del Bodybuilding de los 90 también admiraba el físico de Arnold, a quién ahora detesto en su faceta de gobernador.
Miradlo aquí, qué inocente y campechano. ¡Cuánto hubiéramos ganado si se le llega a caer una mancuerna en la cabeza!
En fin, todos tenemos un pasado... Y no voy a negar que disfrutaba de lo lindo machacando en el gimnasio; nunca me ha sentado mejor una ducha o un plato de arroz; y nunca volveré a dormir como entonces. Luego la vida y sus obligaciones te van apartando de esos asuntos, pierdes el contacto con los compañeros, y sólo te queda una caja llena de revistas y unos biceps y pectorales extrañamente abultados... pero, cuando ocasionalmente vuelvo al gimnasio, cargo una barra y escucho de nuevo el entrechocar de los discos, os juro que siento un escalofrío... y me quedaría machacando todo el día.
Para terminar os dejo una instantánea de un grupo de fisioculturistas míticos de los 70. Entre ellos podéis observar al actual gobernador de California. Dudo que conozcáis algún otro nombre de esta cuadrilla de fricazos pero... ¡Probad a sorprenderme!
6 comentarios:
Yo no quiero sonar como si tuviera la mente sucia (mantra profesional; "ten pensamientos limpios chaval, ten pensamientos limpios chaval, ten pensamientos chaval, ten..."), pero es que leyendo esto:
"Yo iba a un gimnasio situado en un lúgubre sótano y movía pesas rodeado de hombres robustos y sudorosos (...) hacíamos ejercicios con nombres tan sugerentes como press francés , tan estúpidos como sentadillas o tan arrogantes como dominadas (...) gruñíamos para acabar nuestra serie, jadeábamos, descansábamos, iniciábamos la siguiente, y cuando los grupos musculares que tocaban aquel día ya estaban fritos, nos duchábamos y nos íbamos cada uno a nuestra casa"
Resulta difícil (por no decir imposible) mantener la mente limpia
Sí señor: me has dejado con la boca en OOOO...
No reconozco a ninguno de los señores en calzoncillos marcando musculitos/azos, qué va... casi me resultaría más fácil reconocer a una playmate de los 70 jajajaja
Nunca he comprendido muy bien la afición por el culturismo. Me parece que deforma el cuerpo, pero, claro, es una opinión personal y evidentemente, nada científica...
Un beso, kanif guapo.
Por eso lo he hecho Utopo; para comprobar cómo de calenturientos podéis llegar a ser.
Jo, kanif beruna, eso sí que no me lo esperaba. Te hacía más inmerso en un pasado de jugadores de rol que dándole a la pesa. Yo también voy a un gimnasio pero a hacer spinnig que viene bien para coger forma en el monte, y lo de las pesas me parece algo durísimo y aburridísimo. Los culturistas que hay en mi gimnasio beben batidos marrones que parecen chuletas hechas líquido, y hacen unas series interminables con esos ruiditos que comentas.
Y lo que dice Utopo, pues eso, que me ha pasado lo mismo.
Hombre, yo me acuerdo de haber leído cosas de los mazas de los 70, especialmente un negrai que dice que el Chuache le lanzó comentarios racistas. Había varios nombres en el artículo, pero no recuerdo ninguno. Podría hacer trampas y ponerme a investigar en Interné, pero soy demasiado honrado como para eso.
Eso sí: si me preguntas de Playmates de hoy y de siempre, igual me luzco.
¡Ah! Conoces lo de Sergio Oliva...
Bien; pero él no sale en la foto. Yo es que no soy mucho de playmates...
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