domingo, 9 de septiembre de 2007

Tres años llamando a la radio.

Cap 3

Aquellos maravillosos concursos


Escuchaba la radio un montón de horas, opinaba, ocasionalmente llamaba para obtener algún premio... la cosa se mantenía bastante estable... quiero decir que yo me mantenía bastante estable. Hasta que un viernes, inesperadamente, todo cambió. Llegaron los concursos.

Resulta que Oscar Terol tenía por aquel entonces una sección de humor al final del “Boulevard”, en la interpretaba a varios personajes que pululaban por la casa de un tal “Cecilio, el oyente impenitente.” Uno de ellos, Pablo, que aparecía de secundario, llegó a hacerse muy popular, y presentaba un concurso todos los viernes. Proponía algo disparatado, como hacer con tu propia voz el ruido de algún objeto, inventarse un superhéroe y describir sus poderes o redactar tu propio epitafio, y los oyentes debíamos llamar en directo y realizarlo. Fogueado como estaba tras la emisión de mis opiniones, con la arrogancia de la juventud recién perdida, la pretendida seguridad de la edad madura y mi talento para la payasada, no podía dejar pasar aquella oportunidad. Así que llamé. Llamé y llame y rellamé hasta que obtuve línea. Y concursé. El primer viernes concursé y los demás también. Hice mis ruidos, inventé mis superhéroes, redacté mis epitafios... y gané. Gané varias veces y, según la mecánica del concurso, te clasificabas, junto con otro concursante, para la gran final del último viernes de cada mes. Incluso llegué a ganar dos veces el mismo viernes... Sí. Lo sé. Esto merece una explicación.

A mí me encantaba el concurso; estaba exaltado. Y ocurrió que un viernes, Pablo propuso hacer ruidos de objetos y llamé el primero. Me presenté como Jose, e hice el ruido de un taladro. Muy bien, gracias, me despidieron y yo me mantuve a la escucha. Y en medio minuto no llamó nadie. Aquel impás en la radio parecía una eternidad; Almudena y Oscar rellenaban el tiempo como podían y yo me estaba poniendo como una moto. Así que no me pude aguantar y llamé otra vez. Dije llamarme “Manué” y fingí un acento entre andaluz y calé. La intervención fue algo así:

-Hola, soy Manué, de aquí de Donoztia...

-Muy bien Manuel- Almudena- ¿Qué ruido nos querías hacer?

-Voy ha hacé el ruio de una Lambreta que tuve, ese peazo de moto que tiraba como un demonio que daba gloria vela.- Y empecé a emitir una vibración gutural que imitaba los acelerones, prolongándola con las pedorretas propia de aquel motor. En este punto creo que Almudena y Oscar se reían, sorprendidos por el desparpajo de aquel andaluz.

-Bueno, ¿qué les a pareció? – Concluí.

-Muy bien, muy bien Manuel- Dijo Almudena. Y Oscar algo como: -Menudas motos

eran aquellas... - Y nos despedimos formalmente.

Cuando colgué temblaba de inquietud. ¿De veras no se han dado cuenta?...Otros siguieron concursando y yo me fui serenando pero, cuando llegó en momento de anunciar los nombres de los dos finalistas de la semana, llegó la sorpresa mayúscula que aceleró otra vez mi motor. –Todos lo han hecho muy bien- dijo Pablo-, unos ruidos fabulosos, pero tenemos que elegir a dos como cada viernes y esta vez han sido: Jose, con su taladro y Manué con su Lambreta.- Creo que mis cejas se dispararon hasta el techo.

-Bien, - dijo Almudena –felicidades a los ganadores y no se olviden de dejar sus datos en el contestador de Radio Euskadi para poder concursar en la gran final del último vienes del mes.-

¡Yo soy los dos finalistas! ¡He ganado dos veces... el mismo concurso! ¡Ostri, ahora no tienen dos finalistas, como ellos creen! ¡Tienen uno con doble personalidad! ¡Y tengo que llamar para dejar mis datos...!

No sé cómo volví a serenarme, llamé, dejé mis datos como Jose y les expliqué que Manuel no llamaría por las razones que ya conocéis. Se lo tomaron bastante bien... fueron muy amables.

Me sentía un poco culpable por aquella actuación tan impulsiva y sobre todo muy agradecido a la emisora ya que no había tenido consecuencias y me permitían participar en la gran final, así que decidí dar lo mejor de mí; demostrar que aquella decisión había merecido la pena.

1 comentario:

jose.etxeberria dijo...

¡Sigue llamando a la radio! decía JV en un anterior comentario.
Yo tenía ese asunto un poco oxidado, el otro día me animo, dejo un comentario pretendidamente gracioso sobre los huevos como manera de alimentarse y ahorrar... ¡y ahora lo han convertido en una promo! y me tengo que escuchar a diario soltando mi chorrada.
¡Ves por qué no llamaba, Javi! ;-)