Maripuchi ha sido muy amable al recomendar mi bitácora en el día del bloger. Honestamente debo reconocer que sentí un arranque de "orgullito", como diría Flanders, al descubrir que una blogera de postín se había fijado en el mío. Y agradezco el empujón que eso supondrá para su difusión; si uno publica un blog es para hacer públicas sus extravagancias. Cuanto más públicas mejor... pero también he de reconocer que ahora siento el peso de la responsabilidad.
Van a leerme más; y puede que incluso influya en algunas personas... así que creo necesario hacer una advertencia:
Yo no tengo un cerebro bien amueblado; ni siquiera tengo un cerebro normal, si entendemos por normal lo que comparten el noventa y tantos por ciento de la población.
Yo tengo un cerebro TDAH, una neurología distinta, como un pequeño porcentaje de la población.
Esta cualidad se nota sobre todo cuando uno es niño; yo me pasé toda mi infancia en los árboles, y aún tengo una alarmante tendencia a irme por las ramas.
Así que no esperéis en este blog análisis sesudos sobre la actualidad, compromiso político o adhesión inquebrantable a una causa. No me malinterpretéis: sigo una línea moral e ideológica... pero a menudo me desvío, sobre todo por aburrimiento o desinterés. Si hay algo que un TDAH no puede, es ser constante.
Mejor no esperéis nada, como dicen los maestros Zen, y no seréis defraudados.
1 comentario:
Tienes un blog muy divertido. No seas modestón...
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