Ella escribe.

Ella escribe de perfil. Apenas llena las frases. Has de deducir su sentido por las palabras que faltan, como cuando Coltrane atacaba "Afro Blue" y reconocías la melodía en las pausas, en las disonancias, en las "Blue notes". Ella dice geografía y es también África, un aula de escuela, la Atlántida o un cuerpo tendido en el lecho.
Narra como si ya conocieses la historia, como si fuese un standard y simplemente te estuviese dando su versión. Ella escribe como algunos tocan jazz.
A veces no encuentras del argumento más que unas trazas, motas esparcidas, o un rastro húmedo como la huella de un caracol.

Ella escribe esqueletos de poesía. Estructuras de alambres como jaulas sin pájaros, como telas de araña olvidadas.
Ella edifica en mampostería seca. Sin argamasa ni andamios. Levanta una tapia y se asoma de puntillas para ver el otro lado.
Ella hace eso y enseguida alza el vuelo, y te quedas con tu jaula vacía y con una tapia gris, con apenas un rastro de caracol que brilla sobre un corazón de tiza.