viernes, 25 de julio de 2008

Tercera noche. (Ahora sí)

Magnífica temperatura y cielo nublado a las 7 de la tarde; así Kate McGarry no tuvo que sufrir la experiencia de cantar con un sol de justicia tostando su cara. Tienen que hacer algo con ese escenario (llamado Frigo, ¡qué ironía!) que recibe el sol de pleno desde mediodía hasta las 21 h. si hace buen tiempo, y donde incluso hay que enfundar el piano para que la temperatura no lo desafine. ¿Quizás una visera?
La vocalista comenzó algo fría, como desubicada, pero se fue calentando, ganándose al público canción a canción, y acabó creando una atmósfera íntima y cómplice, verdadero prodigio tocando en la calle, ante un público "de paso" y que, en su mayoría, no entendía el idioma. Kate McGarry lo mismo te canta folk intimista, que swing, que un standard de jazz, con muy buenos skats y preciosos agudos. Muy recomendable.

Citric

Trío que podríamos llamar local, salido de Musikene, aunque sus componentes sean de procedencia diversa. Como sabes por el programa que se ha formado hace poco y la formación es tan "justita" supones que no vas a oir gran cosa. Los primeros temas son brillantes y pulcros, elegantes, aunque "desaparecen" en cuanto se calla el saxo, por lo limitado de la formación. Sin embargo, se van calentando con temas de Monk o de Coltrane y empiezan a expandirse llenando el ambiente, progresando con los aplausos del público, hasta conseguir un par de temas apoteósicos cerca del final. Magníficos e interminables fraseos de Luis Verde al saxo. Una muy buena actuación.

En este vídeo se explican ellos mismos.



Bobby McFerrin con el orfeón Donostiarra. Entre lo sublime y lo absurdo.

Sale McFerrin y, mientras sale el Orfeón y van ocupando lentamente sus sitios, el tío se explaya con una de sus improvisaciones vocales que se extiende casi diez minutos, ante la perplejidad del público. Saluda, se lanza a otro solo y al final hace intervenir escasamente al coro, con un pequeño diálogo. Cuando la gente se está preguntando qué demonios hace allí el Orfeón, el tío llama a una amiga y sale una vocalista con la que hace un par de dúos realmente sublimes, sin la intervención del coro. Luego llama a un pianista y nos da una lección de control vocal y versatilidad improvisando en distintos estilos y con distintas voces. Aquí sí hace intervenir al coro y realizan diálogos interesantes y cómicos. Luego hace de director del Orfeón en un par de temas sin demasiado interés, vuelve a hacer sus gimnasias vocales que empiezan a parecer repetitivas, y se va. El público reclama vises, sale él sólo al cabo de unos minutos, canta sin convicción un tema cortito y se marcha definitivamente... y nos deja a todos preguntándonos: ¿Qué coño pintaba aquí el Orfeón Donostiarra?


Prometí fotos; he seguido olvidándome la cámara; una amiga dijo que mandaría fotos a mi correo; hasta ahora ninguna. Pero en esta cuenta de Flirk hay fotos magníficas del evento. ¡Dejemos el asunto para los que saben!




No hay comentarios: