lunes, 7 de julio de 2008

Navarrería.

Caminas... la música que escapa de los bares y de las charangas que vas encontrando se ha convertido en una perfecta amalgama entre la que distingues ahora una trompeta, ahora un bombo, las voces de tus compañeros, en una suerte de solos que nunca rompen la melodía central. El paso se ha acomodado a ese ritmo caótico y ahora, como camellos de voluptuosa cadencia, avanzáis en una caravana desordenada, cruzando cientos de derivas humanas que apenas desvían el rumbo secreto que os lleva zigzagueando hacia un puerto desconocido. Las murallas de los costados, levemente cartesianas en su aliteración de paneles cuadrangulares, de rectángulos luminosos, de vanos y sonidos, conducen y contienen todas las direcciones orientándolas en un sentido único, y el viaje revela su destino cuando veis, emergiendo sobre el oleaje del mar humano, como un faro que guía y atrae irresistiblemente, el pilar de la fuente de Navarrería.
Nada más entrar a la plaza un soplo te impulsa, sientes el tirón circular que te lleva hacia la pared, que te obliga a girar, que te arrastra irresistiblemente, y ya estás atrapado en el Maelstrom, el vórtice que genera el farallón de la fuente, y comienzas a orbitar a su alrededor, como los miles de asteroides, humanos, fluidos coloridos y restos de toda forma y tono que arrastra esta poderosa corriente. Las guiris del vestido de flores que bailan dentro del contenedor de basura, los tres gigantes austriacos de narices coloradas, la minúscula japonesa que se sumerge en su cachi de kalimotxo, sus compañeras que observan atónitas, los tanques yankees, los mozos de voces roncas y blanco sucio, los punkies, los mendigos, sus perros, las patatas bravas, los vasos rotos y los barriles de cerveza, giran contigo y, como la luna, orientan su rostro hacia el centro, atrapados en la inmensa gravedad del pilón de la fuente.
Y así, como el resto de fieles alucinados que se internan girando, te adentras en cada vuelta para alcanzar la piedra de esta Meca orgiástica, para trepar hasta la cima de esta poderosa erección, desde la que ya se están lanzando, en una eyaculación continua, gametos de toda condición sexual, que riegan la plaza, sus gentes, sus cosas, en una panspermia de colores que fertilizará en evoluciones espirales la ciudad, el país y el mundo; el sistema, la galaxia y el cosmos, extendiendo la fiesta por todo el universo, colándose por sus agujeros negros y sus túneles de gusano, colmando y desbordando todas las dimensiones posibles e imposibles.

Y mientras tu cabeza gira y tus oídos zumban con el rugido de la vorágine, puedes sentir con claridad la fuerza de la fiesta, que comba tu espinazo, tensa tus músculos, dispara tu adrenalina y acomoda tu corazón al latido de la muchedumbre, para que saltes sobre ese mar de brazos que te acogerá solícito en su seno.




(Nos vemos este sábado en Pamplona)

2 comentarios:

sonia dijo...

Kanif, te scribo la presente para comentarte que estoy bien, todos en casa bien, esperando tus noticias.
La prima Sagrario ha dado a luz a gemelos, y el abuelo Gregorio anda con gota, me manda un saludo de su parte.
Ayer fui a Misa y Don José me habló de :hostia y copón, que me dice que escribas más que tiene un amigo de pupitre que anduvo en su escuela, que trabaja en Marvel y alguna revista de esas raras.

Kanif!!! tú si que eres el recopón.
Me parecen !!!!PRECIOSAS!!! esas tiras.
¿has pensado meter algún malo?? o alguna mala?? La botella de Moscatel entrará en las tiras??

Son preciosas, el colorido, los fondos, las letras de los bocadillos, el ingenio, los temas...
Kanif eres demasié.

Un abrazo muy fuerte de esta revenida ,que no es una galleta.

Necio Hutopo dijo...

"Nos vemos este sábado en Pamplona"...

mejor espéreme sentado...