martes, 8 de enero de 2008

Un titular muy desafortunado.

Me he enervado tanto que hoy me voy a saltar el pasar la aspiradora para escribir esto.

Resulta que El País publica este artículo sobre el TDAH, que es uno de los más claros y completos, dentro de su brevedad, que he leído últimamente y lo titula así:

Niños condenados a ser perfectos


Contiene frases del tipo: "Los niños no tienen por qué ser valientes Rambos y superar sus problemas solos". Piensa, además, que el tratamiento farmacológico no tiene por qué ser eterno: "Tras dos o tres años, el 80% acaba compensando el trastorno y deja de precisar la medicación".

O del tipo:
Trinidad Bonet, psicóloga especializada en técnicas cognitivo-conductistas, afirma que "la medicación está más que justificada, dependiendo de la intensidad de los síntomas, si estamos ante un TDAH. Este trastorno tiene múltiples causas orgánicas y sería muy difícil conseguir verdaderos cambios en el funcionamiento cerebral sin la medicación"

¡Y aún y todo lo titula así!

No creo que ningún padre medique a sus hijos para que sean perfectos. ¿Medican por esa razón a su hijo los padres de un diabético?, ¿Le ponen gafas a un niño miope por esa razón? Yo creo que lo hacen simplemente para que tengan las mismas oportunidades que los demás.

Nosotros lo hacemos por eso y porque nos dijeron en la escuela, a sus tres años, que lo llevásemos a un psicólogo porque algo le pasaba pero no sabían qué. Después de vueltas y consultas dimos con una psiquiatra que le recetó la medicación y, desde entonces, el chaval está lejos de ser perfecto, pero no se diferencia mucho de cualquier otro que puedas ver jugando en el patio. Ya he contado cual era antes su actitud ante la escuela... Ahora sus informes son absolutamente normales, corrientes, con sus virtudes y sus defectos... Incluso está aprendiendo a pronunciar la r doble por sí mismo, sin ayuda de un logopeda; a sus siete años ya nos lo habían señalado como necesario.(Antes su inquietud era tal que no podía prestar atención a esos detalles)
Antes era un manojo de nervios y un volcán que a menudo estallaba. Y sufría bastante. Estaba empezando a ser discriminado...
Ahora no es perfecto, es simplemente un niño.

Ah, y gracias Mikel, que se me había olvidado mencionar la fuente.

7 comentarios:

jon dijo...

te dejo enl vinculo de mi blog primo!!

jon

http://alguientieneganas.blogspot.com/

Necio Hutopo dijo...

Pero bueno...
No creo que ningún padre SANO medique a sus hijos para que sean perfectos... Luego hay padres que lo son por un puro accidente biológico...

Ejemplo. Los niños de un amigo siempre fueron un modelo de buen comportamiento, nunca interrumpían lad reuniones y se iban a dormir temprano, jamás hicieron un escándalo... Un día, comentando el punto, nos soltaron que les daban jarabe para la tos de manera habitual, lo cual los mantenía abotargados y tranquilos.

Y hasta dónde sabemos así sigue la historia...

Necio Hutopo dijo...

La noticia la conocía, sí... Salio hoy mismo en un periódico mexicano de escasa (sino es que nula) credibilidad... Pero lo que no me esperaba es toparme con alguien que creyera que por acá las clases se imparten en cantinflesco... O que de ahí deribara a la educación física y presumiese de ir al gimanasio diario (yo, por mi parte, tengo vida social)... pero igual, gracias por el tip

Anónimo dijo...

Ese niño del que hablas, por no poner nombres, tiene bastante mas oportunidades quelos niños "normales", le conozco y segun mi criterio es inteligente(++), curioso, y domina el lenguaje de manera asombrosa... supongo que los "trastornos" son el precio que hay que pagar por algunas de estas virtudes
gracias por tus recomendaciones y tu lectura de mi blog primo!
las ilustraciones son descargadas de internet, pero me gustaria fueran mias.
estamos conectados
jon

frilanser dijo...

Es lo que tiene buscar un título ocurrente, que si piensas más en lo interesante o dramático que va a parecer tu artículo que en la adecuación al tema y las personas a las que les puede afectar, puedes perder el sentido de tu ética periodística. Espera, últimamente eso de la ética periodística es un oxímoron.

Ruth dijo...

(¿Cómo se me había pasado a mí esta entrada, si te tengo el reader?)
Como tú bien dices, medicar a un niño no es hacerle perfecto, y me atrevería a decir que ni siquiera es hacerle igual que los demás. Para poder funcionar en una sociedad, tienes que estar dentro de un, digamos, espectro de normalidad, y es lo que estás haciendo con tu hijo. Nunca será como los demás (como ningún niño es igual a otro y ningún adulto es igual a otro) pero, como tú dices, se sentirá incluído y sus diferencias serán las justas para hacerle especial, no raro.
Como profesora, prefiero a un TDAH antes que a un niño que se duerma en clase o que no participe. Todavía no hemos llegado al extremo de EEUU, en el que se dan pastillas a un niño al primer síntoma de inquietud, pero creo que algunos padres -animados por profesores que no quieren aguantar a un niño que se sienta con el pie debajo del culo en clase- sobremedican a sus hijos. Para muestra, el comentario del jarabe de la tos de más arriba.
Ni caso al artículo. Tu hijo es perfecto porque es eso, tu hijo, y todavía estoy por conocer a un niño o niña que no sea perfecto a su manera.

Anónimo dijo...

Para Ruth:

Me da miedo, esto que afirmas:(corto y pego), porque quiero suponer que sólo es una forma de hablar, mal, pero una forma de hablar.


"Como profesora, prefiero a un TDAH antes que a un niño que se duerma en clase o que no participe."

Ruth, si se te duerme algún niño/a en clase...replantéate tu medotología.

Karmen Sevilla