jueves, 17 de enero de 2008

¿Por qué hay que sonreír?

Mi divagante cabeza ha viajado desde un comentario de Hutopo pasando por La realidad estupefaciente donde un referencia indirecta a Malcolm MacDowel ha disparado un recuerdo que me ha hecho lanzarme a San Google para buscar información sobre una obra que me impresionó y de la que desconocía casi todo. ¡Uuufff!
Hay varias películas que han marcado mi vida, no tanto por su contenido como por las extrañas circunstancias de su visionado.
Nunca olvidaré cómo vi "La cabina" de Antonio Mercero: Siendo bastante jovencito, llegué de noche avanzada a casa, sin ganas de acostarme, encendí la tele y la pillé empezando, justo después de los créditos. La sensación de estupor, desamparo y horror que me produjo fue sublime. O el deslumbramiento que sentí al ver, en la soledad nocturna de la sala de estar de un hospital, la maravillosa "Blade Runner"...

Algo parecido me pasó con "O lucky man". Me levanté un sábado con la cabeza bastante vacía, encendí la tele, y me encontré de sopetón con esta maravillosa ópera surrealista. Su efecto me dejó aturdido para el resto del día.

Me entero ahora que es una película dirigida en 1973 por Lindsay Anderson. Yo tan sólo conocía a su protagonista, Malcolm MacDowel. Aparece una jovencísima Hellen Mirren entre otros. También es un musical con espléndidas y ácidas canciones de Alan Price.

Podéis verlo aquí en los créditos.

Y también habéis podido observar al propio director que asiste a la actuación y se levanta en un momento para ayudarle con una partitura que deja sobre el piano.

He leído que se trata de una libre adaptación del "Cándido" de Moliere. Parece ser la segunda parte de "If..." (peli que también tendré que ver) como he descubierto en este interesante blog.

No voy a destripar el argumento con la esperanza de que, si alguno de mis cultos acérrimos no la hubiese visto, produzca en él parecido efecto al que produjo en mí.

En el tubo podéis encontrar escenas troncales como esta:


Hay que confiar bastante en un director para permitirle que te suelte este papirotazo a lo vivo. Espero que no repitieran muchas veces la escena.

La web está llena de referencias a esta peli. Resulta que hay hasta una página oficial en la que podéis encontrar información exhaustiva y detalladísima.


Ya veis cómo una cosa me lleva la otra. He pasado buena parte de la mañana zascandileando en la red (hoy no he salido a las compras ni he fregado) y aún tengo que ver "If... ", hojear el "Cándido", las canciones de Alan Price y las webs relacionas a las que todo esto me ha derivado. Así es como funciona mi cabeza y así es también como Internet conseguirá aumentar mi cultura y expandir mi mente... o sumergirme en el torbellino de la demencia...

Espero no olvidarme de sonreír.

3 comentarios:

Santiago Bergantinhos dijo...

Yo todo lo que sea ayudar a que se extienda el caos y la demencia... el primero para arrimar el hombro, no lo dudes.

Para eso estamos.

Necio Hutopo dijo...

Yo no tengo la culpa de nada... Creo

Anónimo dijo...

Vaya rejostio con el cuaderno, mamma mia...