domingo, 25 de noviembre de 2007

Tres años llamando a la radio.

( Como sea que hay un par de acérrimos que están ansiosos por conocer cómo concluye mi periplo "fuera de onda", seguramente porque intuyen que me sumerjo en profundas cotas de humillación, voy a satisfacerles con una entrega un poco más larga de lo habitual.)

Cap. 6

Fuera de onda (Segunda parte)


Recuerdo que pasé unos días preparándome unos numeritos y ensayándolos ante un espejo. Como aquello iba a ser para la tele, había que cuidar también la expresión corporal. Me preparé un discursito para imitar a Ibarretxe y lo soltaba ante el espejo, intentando reproducir sus gestos. Es importante tener un buen plan. También estuve buscando un chiste que fuera nuevo, largo y bueno, pues supuse que podrían pedírmelo. Gracias a esta preparación cuando llegó el día de la prueba tenía más dudas y nervios que al principio y mi autoestima se tambaleaba noqueada

A pesar de todo me sobrepuse. Recordé lo aprendido en el viaje a Lieja: “La suerte sonríe a los audaces”, así que apreté la mandíbula, me ajusté el casco, monté en mi ciclomotor y -rogando que no se gripase- ascendí la cuesta que me separaba de Miramon para enfrentar mi destino.

Como la motito se portó y llegué bastante pronto, aparqué a cierta distancia y paseé por la zona (y por mi mente) mientras esperaba a que llegase la hora. La primavera se manifestaba exultante en los arbustos y los prados que rodean EITB Miramon y las hierbas altas rebosantes de polen de gramíneas me recordaron mi alergia, embotándome la nariz y achinando mis ojos. Ya había tenido suficiente ración de naturaleza; fuera o no la hora, tenía que entrar. Me dirigí hacia el edificio, pasé por el puesto de control y, con mi mejor voz nasal, expliqué al guardia la razón de mi visita. Me pidió el DNI, echó un vistazo en un ordenador y, para mi sorpresa, me dijo que no me encontraba. Revisó mi carnet, revisó el ordenador, llamó por teléfono y al final, no sé si por compasión, me dejó entrar.

Una vez dentro, en recepción, volví a explicar el motivo de mi visita y me acompañaron a una sala. Me dejaron allí con la promesa de que pronto me atenderían. Agradecí el haberme acordado de los pañuelos, pues la rinitis alérgica hacía gotear mi nariz. Al poco apareció una chica con unos papeles, me pidió mis datos y cuando se los di, me buscó en su lista y... ¡tampoco me encontró! Yo estaba empezando a desconfiar. (¡Cuánto mal han hecho las cámaras ocultas!) Me hizo algunas preguntas, le conté lo que sabía, y desapareció por una puerta. Volvió a aparecer y me refirió no sé qué detalles de las convocatorias y los castings y me entregó un formulario para rellenar y una frase para la prueba. ¡Una frase! ¡Como los actores! ¡Qué ilusión! Estaba rellenando el formulario cuando apareció una chica muy guapa con pinta de aspirante a actriz. Yo, por contraste, empecé a sentirme feo. Entonces volvió a salir la del formulario con una cámara y me pidió que posara para una foto. ¡Claro que sí! Al fin y al cabo sólo tenía los ojos hinchados por la alergia, la nariz goteando y la autoestima por los suelos. Esbocé mi mejor sonrisa, intentando controlar los estornudos, y con ese aspecto lamentable fui retratado para la posteridad.

Decidí concentrarme en mi frase, que era realmente enrevesada, pues deduje que mi única baza sería la oralidad. Más o menos la había memorizado cuando me llamaron. Me condujeron a una sala en la que me esperaban un tipo esbelto y calvito, muy metrosexual, sentado tras un escritorio y una chica joven, con pinta de estar de prácticas, tras una cámara. El calvito me saludó, me señaló una marca sobre la que ponerme y me informó sobre los datos referentes a mi persona que debería transmitir mirando a la cámara. Yo asentí, respiré hondo, intenté serenarme, fingí naturalidad y me lancé. Mientras hablaba, cientos de pensamientos cruzaban mi mente: ¿Estaré mirando bien al objetivo? Seguro que mi voz suena nasal... ¿Estaré resultando expresivo? Quizá debería gesticular más... ¿Añado algo gracioso? Cuando terminé mi parlamento miré al calvito. Éste, que parecía observar expectante, cruzó una mirada con la chica y tras unos segundos de incómoda pausa me preguntó: -Y... ¿ La edad?- ¡El torbellino de pensamientos y dudas me había hecho olvidar uno de los datos esenciales que se me requerían! Me excusé sonriendo y se lo aporté. Luego me preguntó por las razones que me impulsaban a presentarme a esta prueba y yo solté una retahíla de tópicos que, aunque no dejaban de ser verdad, me hicieron sentir como un estúpido aburrido. El tipo me escuchó asintiendo y luego dijo: -Bien... Ahora cuéntanos un chiste.- Para mí fue como escuchar las palabras mágicas. Había llegado el momento de resarcirme. Bendije la idea de haberme preparado uno. Con la autoestima recuperada y una amplia sonrisa miré a la cámara y comencé:


Un andaluz y un chino están en el andén de una estación esperando el tren y el chino dice: (Y aquí puse voz de chino) En mi país ahola estal muy avanzados. Tenel tecnología punta en muchos campos. Pol ejemplo en metalulgia, con una lata como ésta –y toma una lata de refresco que tenía- nosotlos reciclal y hacel componentes para bicicletas. O con esos plásticos que tilais –y señala la papelera- nosotlos reciclal y hacel juguetes y ladios que os vendemos. Ji, ji, ji... (Aquí me reía con gesto chino; mis ojos alérgicos ayudaban) Y en las altes nuestla cultula también sel supeliol. Yo con este tlozo de papel –y el chino toma un billete de tren usado- puedo hacel una flol de loto en diez segundos, siguiendo el milenalio alte de la papiloflexia.

-¿Ah, sí?- dice el andaluz descreído.

-Tú complobal- asevera el chino y se pone a doblar el papel como un rayo y en diez segundos tiene una flor de loto en sus manos. Se la muestra orgulloso al andaluz mientras comenta: - Tú ya vel. Nosotlos civilización muy avanzada. Cultura supeliol.

-Tate ahí un momento- (Aquí yo cambiaba al acento andaluz) Nosotros tampoco somos mancos. Yo, por ejemplo, con una piedra de la vía te hago un tren.

-Pelo eso sel imposible­- Afirma el chino perplejo.

-Que sí hombre, lo vas a comprobar. Tú sigue mis indicaciones al pie de la letra.- Dice el andaluz socarronamente mientras coge una piedra de la vía.

-Ahora bájate los pantalones y los calzoncillos- Añade-

-Pelo... pala qué voy a bajalme...

-¡Hazme caso, hombre, que te voy a enseñar el tren!- interrumpe el andaluz. -Tú bájate los pantalones.-

-Bueno, pelo tú no engañal ¿Eh?- Y el chino se baja los pantalones.

El andaluz a su vez se baja los pantalones, tira la piedra al suelo delante del chino y le dice: -¡Cógela, anda! Y cuando el chino se agacha le agarra por las caderas y le encula vigorosamente. El chino grita: - ¡Aaaahh! ¡Shácala, shácala!

-Txuuu, txuuu- Replica el andaluz.

-Shácala, shácala-

-Txuuu, txuuu- Repite el andaluz y concluye con sorna: -Lo ves chinito ¡Un tren!


Yo me estaba dando cuenta, según lo contaba, de que podía resultar inapropiado, que podía ofender a algunas personas, pero ya estaba lanzado y no podía detenerme. Cuando terminé el calvito me miraba con una expresión que no podría definir, mientras que la chica emitió una tímida carcajada.

-Bien, te han dado una frase para esta prueba, ¿verdad? ¿Te la has preparado?

-Sí, más o menos. No sé si la recordaré al pie de la letra...

-Bueno, tú di lo que recuerdes mirando a la cámara. Represéntala.

Y solté mi frase mirando al objetivo y efectivamente no la recordaba al pié de la letra, ni la recuerdo ahora, pero puedo aseguraros que no os perdéis nada, pues no tenía mucho sentido y mi representación fue anodina.

El tipo me dio las gracias, me acompañó hasta la puerta y me dijo aquel tópico de que ya me llamarían. Yo, inocentemente, le pregunté si me llamarían en todo caso o sólo si me habían aceptado, y él me repitió que ya me llamarían. Después de dos años y medio aún sigo esperando.



7 comentarios:

Necio Hutopo dijo...

Tranquilo... ya llamaran (al menos que el productor sea chino... Y tal vez sí, en una de esas le gustan los trenes)

Javier Vizcaíno dijo...

Pero hombre, Kanif, ¿No sabías que los chinos, antes de querer comprar la Real, habían comprado la productora de VS?

sonia dijo...

Te aseguro que yo con lo vergonzosa que soy me hubiera quedado en el chiste en el momento plástico de los reciclajes.

Mira que no te cortas y hablas de lo lindo, el mérito se te tenía que haber reconocido.

Oye, tu chiste era una premonición de la portada del Jueves?
Ahora caigo en los problemas de trenes de Barcelona, será que no se agachan?.

Bueno, el chiste no me ha gustado nada, la verdad.
Pero por otro lado te merecías esa llamada.
Otra vez será, tu espera pero no te agaches mi cuate!

garib dijo...

kanif, lo tuyo es el tacto y las relaciones públicas, ¿o debería decir púbicas?

Aquí en Barcelona no nos agachamos, antes partíos que doblaos.

Iñaki Murua dijo...

Y digo yo, ¿no estará en you tube la prueba esta?
Lo que se perdieron los de VS... aunque tengo mis dudas que Kanif hubiera seguido los guiones ;-)

Anónimo dijo...

Una anécdota:

Cuando tenía 16 años, una tele local de Pamplona hizo un casting para presentador de un programa infantil. Yo me presenté. Recuerdo que por aquel entonces aún tenía voz de pito, llevaba gafas y era bastante desgarbado... pero me gustaba el teatro y allí que me fui.
La prueba me la hizo la hoy compañera África Baeta. Empezó por preguntarme los datos básicos, me hizo presentar una sección, luego otra, y de repente me dice: "Bueno, y ahora cuenta una película que hayas visto como para los chavales". Yo... me quedé en blanco. Ni Bambi, ni Solo en Casa, ni gaitas. Sólo podía recordar la última que habia visto en el cine: Arma Letal 4.
Ahí me tenéis a mí, contándola para niños: "Es una peli que les gustará a vuestros hermanos mayores; hay muchos chinos, unos malos y otros buenos... y luego dos polis buenos que ayudan a los chinos buenos. Y nada, tortas, golpes, carreras de coches... Lo normal".
África se descojonaba, literalmente. Recuerdo que me dijo: "Genial, super divertido, ahora... quítate las gafas porque hacen reflejos". Y yo que llevaba gafas para corregir un gran estrabismo, le dije: "Si me las quito, dejarás de reírte conmigo para reírte de mí".

Kanif Beruna dijo...

Eres un P*** crak, Javi. Yo no hubiera tenido esa salida ni loco Honras mi blog.
Un abrazo.