martes, 13 de noviembre de 2007

Tres años llamando a la radio.

Cap 5

Mi voz enlatada (Segunda parte)


Después otra de mis aportaciones llegó a ser enlatada como canción del programa “Mas que palabras” y digo canción y no sintonía por los motivos que pronto conoceréis.

En una edición de este estupendo programa matinal, (si no lo has escuchado no sé a qué estás esperando) mostraron lo que eran las modernas canciones de empresa. Como ejemplo emitieron la de “Telefónica”, que un oyente había tenido a bien hacerles llegar, se intuía que para escarnio de la compañía. Una dulce voz femenina decía así:


Trabajando cada día

derrochando alegría.

Vamos a hacerlo mejor.


Trabajando en equipo

los objetivos conseguiremos.

Vamos a hacerlo mejor.


Y continuaba con frases de este calibre, de las que no puedo ni quiero acordarme.

Aquella mañana yo me había levantado un poquito inquieto, había dormido mal, y al escuchar tan magna obra se me ocurrió parodiarla del modo que ahora veréis:


Trabajando cada día

despertando Euskal Herria

al hacer “Más que palabras”

vamos a hacerlo mejor.


Trabajando en equipo

los desafíos alcanzaremos,

los contenidos redactaremos,

a los políticos moderaremos,

(Y aquí se iba acelerando...)

los contertulios criticaremos,

a los oyentes escucharemos,

nuestras noticias te contaremos.

(...hasta cantar a la carrera para, al fin, tomar aliento y terminar:)

Vamos a hacerlo mejor.


Todo esto lo dejé grabado en el “teléfono del oyente”, cantando de falsete con vibrato.

Puede que os estéis preguntando, ¿Qué puede inducir a una persona a hacer semejante cosa? Si habéis visto la película Los siete magníficos os sonará la frase: “En ese momento me pareció una buena idea”

Sorprendentemente les gustó la cancioncilla, la emitieron, la alabaron y dijeron que la adoptarían como canción “inspiracional” del programa. Y sucedió que al siguiente sábado, antes de la charla, la pusieron para que la escuchasen los contertulios y una de las participantes, (lamento no recordar su nombre) cuando le pidieron su opinión comentó: “Esta chica canta usando el vibrato, que es algo muy hermoso que está cayendo en desuso... y tuvieron que corregirla diciéndole que quien cantaba era un tío de Donosti.

Quizás esta fue la “lata” que más satisfecho me dejó, porque era humorística y parodiaba a esa compañía que todos amamos tanto... pero sin duda la que más me emocionó fue la que tuvo a bien emitir Joseba Martín.

Estábamos en el momento de mayor pujanza de los inmigrantes subsaharianos en sus intentos por saltar la valla de Melilla y parecía que todo lo que venía de África era malo o pobre. Y entonces, Joseba Martín, realizó un memorable programa de “La jungla sonora” en el que sólo emitió canciones Africanas actuales. El efecto fue para mí portentoso porque África pasó de ser el continente de la miseria, que nos enviaba su hijos hambrientos y sus problemas, a ser un continente creativo e inquieto culturalmente que nos enviaba su hermosas canciones. Aquello me llegó profundamente. Creo que por primera vez hablé desde el sentimiento verdadero y dejé grabado en el contestador un mensaje cuya esencia era esta:

He escuchado el programa que ha dedicado Joseba Martín a la música africana y he sentido que en África también se hacen cosas buenas. No sólo es el hogar de los inmigrantes que saltan la valla como nos dicen en las noticias constantemente. África es enorme y seguro que si los medios de comunicación se esforzasen, podrían contarnos cosas positivas de esos países... no sólo guerras o hambrunas. Estoy seguro de que se pueden dar también buenas noticias de África. A ver si ayudamos todos un poco y sacamos adelante a ese hermoso continente.”

Podéis imaginar mi sorpresa cuando, al día siguiente, la jungla sonora comienza su programa con éste parlamento en vez de con su habitual sintonía. Yo estaba alucinando. Después de mis palabras habló Joseba felicitándose de que el mensaje hubiera sido recibido y agradeciendo al “hombre oreja”(esta es una denominación cariñosa que nos dedica Joseba a los oyentes) su participación. Cosas como estas son las que me impulsan a seguir llamando.

Pero cuando llega el lunes vuelvo a alucinar porque el programa comienza otra vez con mi parlamento, que funde al final con música africana. Aquello estaba empezando a parecer “Mar de fueguitos”(los oyentes acérrimos recordarán este programa que comenzaba con una voz contando una historia) y yo estaba empezando a avergonzarme. Y para rizar el rizo Joseba anunció que a partir de ese día el programa contaría con una sección dedicada a la música africana.

Mis emociones eran contradictorias: por una parte estaba agradecidísimo de que me tuviesen tan en cuenta y orgullosísimo de haber inspirado una sección; por otra me sentía un poco incómodo ante la posibilidad de tener que oirme continuamente como cabecera de un programa. Afortunadamente el buen criterio de Joseba Martín solucionó el problema, ya que mantuvo la sección de música africana pero cambió la cabecera por otra más sencilla.


Este episodio supuso un punto de inflexión en mi empeño por llamar a la radio. Ahora no sólo me sentía escuchado, no sólo comprendido, sino que tenía la certeza de que podía influir con mis opiniones en los contenidos de la emisora. A partir de ese momento, aunque no abandoné las payasadas, mis llamadas fueron derivando hacia el ámbito de la reflexión y la crítica social. ¿Acaso sentía el peso de la responsabilidad? ¿Podría la radio obrar el milagro de convertir a este charlatán sentimental en un tipo responsable... ?


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí, señor!!! Aún tengo grabada la canción de MQP y suelo enseñársela a cada nuevo componente del equipo. Si no recuerdo mal, cuando la grabaste yo estaba haciendo un programa en exterior -Ibilaldia en Durango- y me quedé a cuadros cuando la pusieron Iratxe y Susana, que estaban en estudios. ¡No hacia ni diez minutos que habíamos puesto la origiunal en "Yo te canto en español"...

Anónimo dijo...

Me gustaria, si es posible, que se publicase algún link de cómo conseguir un mp3 del "yo te canto en español". A ver si es posible antes de final de año para amenizar las navidades con esa joya de lo que iba a llamarse "Fonoteca salvaje" y que pasó a ser, directamente, "yo te canto en español"