Yo siempre he sostenido que los premios se conceden habitualmente a quien no los necesita y ocasionalmente a quien no los merece.
Con el Nobel de la paz a Al Gore se han cumplido perfectamente las dos premisas.
No lo necesita porque el tipo está forrado, su fundación recoge dinero a espuertas, su proyecto ya tenía difusión mundial, le habían dado dos Oscar, el Príncipe de Asturias...
Y no lo merece porque su dudosa contribución a la paz es un vídeo tramposo y unas conferencias bien cobradas y, en cambio, su contribución a la guerra está bien documentada.
Digo yo que el comité del Nobel podía haber dado el premio solamente al IPCC. No era necesario meter a Gore por medio. Y, ¿ya han mirado bien? ¿Seguro que no había nadie en el mundo que lo mereciese más? Si es así, mal vamos...
Me pregunto que pensará de esto Rigoberta Menchú...
Actualización:
¡Joder! ¡Lo que faltaba!
2 comentarios:
Soy una persona con bastante conciencia social. Reciclo basuras, pongo la calefacción al mínimo, apago luces y aparatos en stand by...
Sin embargo, si todo el mundo gastara recursos naturales del mismo modo que yo lo hago, necesitaríamos planeta y medio para abastecer a todos los ciudadanos del planeta...
Así no puede ser...
Pues si gastásemos recursos del modo que Gore lo hace necesitaríamos 16 planetas. ¡Y se permite dar lecciones a la gente!
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